22 de marzo de 2008

Al maestro, con cariño...

Si muchos miedos, y una constante imposición
del Misterio, hacen humoristas, nadie escribirá más
alegremente, hará más optimistas que yo


El accidente de Recienvenido

Me di contra la vereda.¿En defensa propia? indagó el agente.No, en ofensa propia: yo mismo me he descargado la vereda en la frente.La comisa de la vereda apuntó un reportero le cayó sobre el rostro a nivel de la tercera circunvolución izquierda, asiento de la palabra...Y del periodismo insinuó el accidentado.Que ha recobrado en este momento. Y sigue redactando el periodista: El artesonado de la acera...No se culpe a nadie, propongo... No, eso es para suicidarse.De mi pronta mejoría, quería decir. Ruego al señor reportero que figure algo en la noticia de "decúbito dorsal".No hay necesidad: los operarios tipógrafos lo ponen siempre. O si no, ponen: "base del cráneo".¿Se me dirá si me puedo levantar sin deslucir la noticia de un suicidio?¿Iban mal sus negocios?Nada de eso: la única dificultad ha sido el cordón de la vereda. ¿Puedo anotar oposición de familia a su noviazgo?Otro insiste en que había mediado agresión y le ruega aclare si se interponía "un viejo resentimiento".Alguien, un desconocido desde mucho tiempo atrás para usted, avanzó resueltamente y desenfundando un cordón de la vereda ColtBrowing se lo disparó.En fin, Recienvenido empieza a sulfurarse y los increpa:¡Yo estaba aquí antes que ustedes y mis informes son más anticipados! Voy a darles un resumen publicable:"Yo caí. fui derribado por el golpe de la orilla de la vereda; sin embargo, no necesitaba ya serlo, pues mi cabeza salió a recibir el golpe yéndose al suelo."Caí; fue en ese momento que me encontré en el suelo. Ninguna persona había.¡Estaba yo! Y yo.Y yo dicen los reporteros.Muy bien. No imaginando que hubieran tantas personas en torno mío que me precisaran, invertí unos minutos de desmayo en estarmequieto sin apresuramiento. Cuando desperté, me supuse o que había recibido parte de la vereda en la cabeza, o que había leído algún capítulo de Literatura Obligatoria del Mío Cid o el Cielo del Dante. Rodeado, en las cuatro direcciones de la instrucción pública, N. S. E. y O., por infinitas personas en número de setenta que habían abandonado importantes negocios para formarme un cinturón zoológico suburbano, se llamó a la Asistencia Pública para que me trajera un vaso de agua que nunca llegó. Retardo de la Asistencia Pública anota un cronista.Algo de delirio otro.¿Me permiten? siguió Recienvenido. No obstante la falta de horario, el accidente es la única cosa que yo nunca he visto desperdiciar; el agua caliente, el fuego, desperdiciamos con frecuencia, pero siempre alrededor de aquél he visto a muchas personas que están juntando al accidentado, rodeándolo para que no se filtre y desparrame, formando un círculo tan perfecto como perfecto es el centro de él formado por la persona más o menos completa en el momento que ha tomado el papel de accidentado.

Macedonio Fernández

19 de marzo de 2008

¿Qué se va a servir la señora?

Ahora que está vieja se da cuenta que no es tan fácil jugar con la piel. De chica le encantaba hacerlo: se arrugaba ahora, se des-arrugaba después. Un poco la oreja izquierda, el seno izquierdo, el meñique izquierdo. La derecha se mantenía firme y tersa, la izquierda arrugadita. A los 86 años de edad confesó al padre Roberto su afición por los restos de mortadela y rallar el queso a contrapelo.
La vi irse hecha una arruga enorme, volvió una seda. Dicen que fue a París a plancharse (incluso del derecho). ¿Por qué no?, ¿acaso una chica no puede estar linda para el baile?.

17 de marzo de 2008

Allí lo absurdo, aquí los niños.
Allí lo inefable, aquí el excedente.
Allí se inunda, aquí tiembla.
Allí fluye en el río, aquí dura en el viento.





En todos lados La Intemperie: soberbia, indefinida, sublime y revolucionaria.

Y ya no se si amanece o veo el cielo como un gran collage...




ARE YOU TALKING TO ME?


La real e imaginario de Castilla de la Mancha