6 de junio de 2008


Revoloteo en tu presencia imaginada,
desnudo los signos que te evocan.
Imagino que las sustancias se esfuman,
para construir mitos que te nombran.

Juego a perderme en tu ausencia.
Esbozo caprichosos enigmas que te aluden.

Es la calma que se filtra,
en mi ansiedad que te añora.

2 de junio de 2008

Marians famous!!!

5 preguntas a: Marian Romina Lutzky
Por María Ximena Venturini

extraido de la página http://www.todastuscosas.com/



Bioy y Borges, Goethe y Schiller, Carlyle y Emerson; grandes amigos que supieron comprender al genio del otro -y comprenderse así a ellos mismos-. Aunque no quiero pecar de vanidosa comparándome con estos monstruos, sí confío en sus ejemplos para ilustrar ese mágico choque que se produce cuando dos almas se han mirado -y sonreído-. Amiga con a mayúscula, de esos amigos que son pocos, mi amistad con la señora escritora que hoy tengo el placer –y el honor- de entrevistar fue hace ya casi una década. Idilio ininterrumpido, amor que actualmente se convirtió en una pasión. Hoy, Marian paso de ser esa chica medio hippie y muy buena onda que entró a mi colegio en cuarto año, a una exquisita, delirante, magnánima poetisa. Sí, admito que la admiración y el cariño me nublan la vista, pero si no me creen, entren acá y compruébenlo ustedes mismos. Además es una delirante escritora de relatos cortos y largos, publica en La Quetrófila su Mamushka alocada, colabora en El Tenderete y tiene otros escritos sobre unos pelos asesinos. Ah sí, y además es por sobre todo una bella, generosa, adorable persona. Señoras y señores, se me infla de orgullo el pecho todo al presentarles a esta grande de un metro y medio (¡o quizás menos!)… con ustedes la señorita Marian Romina Lutzky Ribas:

Escribís -extremadamente bien- poesía, narrativa… ¿Sos consciente de la contaminación entre uno y otro? ¿Cómo definirías tu “yo” poético?
Marian Lutzky: ¿Podría ser la voz de mi inconciencia? no…. sería un salvajismo de mi parte. Una voz promiscua me gusta más. Un “yo” promiscuo de espíritu que dice lo que esa entelequia le hace consciente. Lo sentido. Eso lleva a las imágenes que se descifran con las asociaciones del lenguaje, no con el lenguaje mismo. Digo lo que no puedo decir de otra forma. La poesía es un recurso de amparo a esas imágenes que deseo comunicar. Una experimentación específica. Por eso, cuando narro, lo hago también desde este lugar pero no con tantos permisos retóricos -sino me aburriría mortalmente- y, claro, mataría en el acto al cuento. Disfruto de la mentira como de una torta negra, de inventar, la expansión y exageración de la palabra. Me gusta describir los personajes minuciosamente -en la medida que puedo, y muchas veces de forma delirante, porque me cuesta, son muy raros ellos-. Sí tengo claro quiénes son, me dicen qué les pasa. Siempre cosas raras, delirantes, el delirio y su lógica me fascina. Y cómo definiría mi yo poético, qué se Yo.

Algo enormemente notorio al leer tus textos -tanto en la narrativa como en la poesía- es un ritmo y una armonía -o desarmonía- que saltan a la vista (y al oído)… sabemos que tenés una formación musical clásica, ¿Qué papel crees que juega la música en tu literatura?
ML: Quiero contar esto. Iba a un conservatorio cuyo director, el señor S. me pegaba con su varita en los dedos cuando me equivocaba de nota en el piano. Fuerte pegaba el viejo S. Y en invierno sufría yo, mucho, una de mis compañeras se hizo pis del miedo y quedó marcada por siempre, la señorita M. Sin embargo me gustaba el sacrificio, ay, los mandatos familiares. La cuestión es que luego de cómo 15 años, mi padre médico recibe en su guardia a un suicida llamado S. El mismo. Me gusta contar la historia. En venganza -sí se murió-. La cuestión es que la armonía, el ritmo, la melodía, el timbre, el tono, los matices, yo los aprendí de chiquita y a los golpes. Escuchaba y tocaba veinticinco veces la misma obrita musical hasta que me salía a tempo y sin ningún pifie. Tengo una relación casi obsesiva con eso, me voy escuchando cuando escribo, me gustan las palabras por cómo suenan y no por lo que dicen… y eso juega en contra a veces porque no puedo decir un delirio porque me gusta pichincha y la cartera. Con las pausas también, el calderón libertario me fascinaba. Los silencios marcan, hay algo en relación al pulso, a la respiración, cuando hablamos y leemos que me gusta provocar. Me parece que arman una atmósfera, el clima, la temperatura -sí la temperatura-. Digamos que me gusta lo musical. Para mí, Liszt es poesía, Chopin es poesía, Mendelson es poesía.

Tus textos están repletos de humor, sátira, sensibilidad, ternura, amor, erotísmo; pero a la vez son tremendamente delirantes e imaginativos… ¿Con quién te reflejas? ¿Quién es infaltable en tu mesita de luz?
ML: Ay diosito. Físicamente mi habitación es la tercera guerra mundial, Corea contra Corea, y como mediando la situación tengo, desparramados al lado de mi cama, a distancia óptima para no tener que pararme cuando me recuesto a leer y caer dormida, los siguientes libros infaltables: Un icono de mi adolescencia que conservo junto a mi cama como recordatorio de la depresión de los dieciséis es El libro del desasosiego de Pessoa. Todavía lloro cuando me acuerdo del momento histórico, me hundía en el desasosiego de la abstinencia. Es un librón infaltable. Tengo El arco y la lira de Octavio Paz, que me enamora constantemente y me sorprende todo el tiempo, aunque lea las mismas líneas me renueva. ¡Qué aprovecho! -gracias Jorge!- ¡Qué linda la poesía!. Tengo Los Sorias de Laiseca que es como un delirio realista que me vuelve loca. A Gelman, a Roberto Arlt, a Gógol, Borges, Ocampo (Silvina eh), Marechal y su Adán Buenosayres. Algunas cosas de poesía surrealista como Breton, Artaud, Desnos. Una biografía de George Sand (la mujer-hombre del romanticismo, mi prócer) Todo, debidamente desparramado por debajo y los costados de la cama. El procedimiento es el siguiente: me saco la ropa, relojeo los libros y decido con cual me voy a soñar.

¿Cómo te enfrentas al blanco de la hoja? ¿Te arrojas? ¿Lo peleas?, ¿Te entregas?ML: Ah no, me pongo como loca. ¡¡¡COMO LOCA!!!!. Histérica, escribo, como dije antes, palabras sueltas que me gusten, borro, voy vengo, me pongo a tocar el piano. No resulta. No soy de las que manejan bien el blanco. Soy una indispuesta del blanco.

Si tuvieras que definir qué es la literatura en una palabra…¿Sería?
ML: Me cuesta, ¿Esencia? ¿Un juego fantástico? ¿Expansión creativa? ¿Creación de universos? es como ser grande y tener un niño adentro, creador, que necesita construir realidades, y es tan divertido cuando lo hace. Que llora, que sonríe, que quiere, que ama, que siente. ¿Es la esencia del niño?